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Redes Sociales

Comunitarios de Río Salado “adoptan” a la manatí Juanita

El animal permaneció durante dos semanas en esta comunidad

Comunitarios de Río Salado “adoptan” a la manatí Juanita

A Ramón Ramírez todos lo conocen como El Pinto. Es un líder comunitario y pescador de Río Salado en La Romana. En esta comunidad viven unas 12,000 personas a lo largo del río, donde contrastan los botes, algunos de varios miles de dólares, con casas humildes entre fragmentos de manglar. El Pinto actualmente colabora con Fundemar en el monitoreo y cuidado de Juanita, uno de los tres manatíes liberados en la zona por el Ministerio de Medio Ambiente, el Acuario Nacional y el mismo Fundemar.

El pasado sábado 7 de agosto, personal de Fundemar realizó un monitoreo de rutina de los tres manatíes liberados el 27 de junio de 2021, luego de un periodo de adaptación de aproximadamente 6 meses en una bahía artificial de Bayahìbe. Los tres manatíes fueron trasladados desde el Acuario Nacional de Santo Domingo, luego de muchos años de cautiverio.

Los tres animales poseen rastreadores de radiofrecuencia y GPS, que permiten seguir sus movimientos por la zona. Lupita, la más joven de los tres, ha recorrido decenas de kilómetros desde Bayahibe a la isla Saona, permaneciendo gran parte del tiempo en Palmilla y zonas aledañas. El pasado fin de semana regresó a Bayahíbe donde fue vista entre decenas de botes anclados frente al pueblo.

Pepe, se ha instalado dentro de la marina de Casa de Campo, donde se le pudo observar descansando bajo un bote, tomando respiros en superficie cada 15 minutos aproximadamente.

Mientras se monitorea el comportamiento de Lupita, Juana y Pepe, personal de Fundemar aprovecha para educar a los curiosos sobre la especie y cómo debe tratarse a los animales. Durante el mes y medio que tienen el libertad han sido muchos los videos en redes sociales donde se puede observar a la gente tocando a los animales, dándoles comida y agua.

Los tres manatíes sienten curiosidad por el ser humano, antropisados por el cautiverio de tantos años, cuando dependían al 100% de sus cuidadores.

En esta etapa de libertad es importante que tengan el menor contacto con el ser humano, para que puedan vivir independientes en su hábitat, al igual que otros manatíes silvestres de la zona como Remi, Sireni y Rosita.

Mientras Lupita buscaba el contacto con turistas en una embarcación, Rita Sellares y Rachel Plekaniec de Fundemar, les daba instrucciones al capitán y los viajantes de no tocarla ni ofrecerle agua y comida, mientras todos observaban maravillados al animal con su distintivo rastreador sujetado en un cola.

Luego de dejar a Lupita bajo el cuidado de un técnico, el bote de fundemar navegó en búsqueda de Juanita. El GPS había marcado que se permanecía en Río Salado, donde ha permanecido las dos últimas semanas.

Los primeros días que llegó Juanita al río, causó gran sorpresa entre la comunidad a la rivera del río. Se reportó un par de incidentes donde, aparentemente, niños lanzaron piedras al animal. También se reportaba que se le había visto comiendo plástico, abundante en las aguas del río.

Esto hizo que Fundemar buscara el soporte de gente local, contactando a El Pinto. Al entrar al río el pasado sábado, varios comunitarios gritaban al bote con los técnicos que Juanita estaba río arriba, mientras el rastreador de radio daba débiles pulsos, indicando que el animal estaba un poco lejos. El Pinto les hablaba desde la orilla, explicando que la habían visto durante la noche frente al barrio y que seguro se encontraba cerca, posiblemente en un manantial donde el agua dulce y cristalina se encuentra con las aguas turbias y salobres. Luego de varios días de ver a Juanita en la zona, los comunitarios rompieron una pared de roca que funcionaba a manera de estanque, para que la manatí pudiera entrar a beber agua del manantial, mientras observaban maravillados por el enorme mamífero, como se pudo ver en videos que circularon en las redes sociales.

Cerca de 3 kilómetros río arriba la señal se hacía más fuerte y el agua menos profunda, la embarcación rentada por Fundemar había prácticamente tocado fondo y no podía continuar.

Una llamada bastó y a los pocos minutos El Pinto llegaba con una pequeña yola y tres pescadores para ayudar a Fundemar en la búsqueda de Juanita y comprobar que estaba bien.

El rastreador de radiofrecuencia indicaba que estaba cerca, en un paisaje exuberante de manglares, ya donde el río cambia de nombre, de Salado a Dulce.

Uno de los pescadores, desde la proa guiaba a El Pinto para no tocar fondo con el bote, mientras era necesario apagar y levantar el motor para ser empujados por los otros dos pescadores.

Casi 4 kilómetros río arriba, uno de los pescadores decía “mírenla ahí”. Juanita se encontraba en aparente calma en las aguas tranquilas del Río Dulce, entre manglares y al fondo un pequeña cascada que servía de barrera natural para Juanita, que parecía estar en el paraíso.

El Pinto la observaba con una sonrisa, mientras conversaba con Rita Sellares sobre el animal. “Hay gente interesada como yo, que trabajamos por el crecimiento y desarrollo de la comunidad, que lo cuidamos (al manatí), como si fuera un hijo. Para nosotros es una mascota, yo cuido el manatí como si fuera algo mío, algo de mi casa. Mucha gente lo ve así, ya es nuestro amigo”, dijo El Pinto a Diario Libre.

Para las autoridades y Fundemar es un reto educar a las personas sobre el acercamiento que se puede tener con los animales. Es importante que tanto los locales como visitantes mantengan la distancia para lograr que se adapten más rápido al entorno y dependan cada vez menos del contacto humano. Darles agua y comida interfiere en el progreso de los animales en la vida silvestre, poniendo en riesgo sus vidas al asociar los botes y humanos con satisfacer sus necesidades básicas. Se reporta que algunos tour operadores están ofreciendo tours para nadar con los manatíes, lo cual está prohibido y se arriesgan a ser sancionados por las autoridades.

El pasado lunes Juanita dejó Río Salado y fue vista cerca de playa Minita, Pepe en la marina de Casa de Campo y Lupita frente al pueblo de Bayahíbe.

Si visitas la zona y te encuentras con uno de ellos, disfruta el momento y evita el contacto físico, con esto ayudarás a Juana, Pepe y Lupita en su adaptación a la vida silvestre.

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Guatemalteco con estudios en Ciencias de la Comunicación y amplia experiencia en el campo visual y multimedia. Ha trabajado para varios medios de comunicación en Guatemala y República Dominicana, y sus fotografías han aparecido en importantes publicaciones en diferentes partes del mundo.