El peligro de creerse poderoso

Cuando próximo al mediodía de este miércoles el magistrado Alejandro Vargas comparecía en la audiencia del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), donde fue evaluado como aspirante a juez del Tribunal Constitucional (TC), en el contexto de una respuesta abordó el espinoso y sensible tema de la administración de poder.

“Lo peor que le puede pasar a un juez es pensar que tiene poder. Lo único que tiene el juez es el privilegio que le otorga la sociedad. Jamás debe pensar que tiene poder o que es poderoso. Yo no quisiera pasar por un juez que se sienta que tiene poder, tiene que hacerlo entendiendo que tiene que preservar los derechos de las partes”, dijo el juez Vargas, de quien he dicho públicamente que admiro, pues considero que en cada juicio o intervención pública ofrece una cátedra de sabiduría judicial y social a la vista de todos.

Esa expresión del magistrado Vargas también hizo eco en el presidente Luis Abinader, quien preside el CNM, y acto seguido, le respondió: “Yo creo que todo el que se sienta poderoso es un peligro; porque el poder es pasajero”.

Qué momento único y más interesante, de tanto valor para quienes estaban siguiendo la audiencia, y que de una u otra forma manejan cuotas de poder: dos personas con sobradas cuotas de poder, estaban hablando del valor de no creerse con poder, valga la redundancia, un lenguaje que muchos, con menos poder, no logran entender.

A mi juicio, se nivel de pensamiento debería permear en la sociedad y, como dicen los millenials en este tiempo, hacerse viral, pues todos, absolutamente todos, sin importar el espacio en el que nos toca actuar en esta vida, estamos llamados a servir, no a aplicar el poder en desmedro de los demás.

Le toca hacerlo al Presidente de la República, en su calidad como el primer empleado público en la lista del Estado dominicano; el juez, en su rol de impartir de justicia; al periodista, como un importante manejador de informaciones e historias que pueden cambiar vidas; a los padres, como responsables de sus hijos.

En fin, nos toca a todos; pues el poder no sólo recae sobre los que visiblemente ejercen una función pública y salen en los medios de comunicación; el poder lo tiene quien menos podamos imaginar. Sólo debemos actuar de cara al sol, a los mejores beneficios de la sociedad y de nuestros semejantes. Magistrado, agradecida por esta nueva lección pública.

Rossanna Figueroa

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Profesional del periodismo egresada de la UASD. Cuenta, además, con un Postgrado en Relaciones Públicas, de la UCSD; y una maestría en Mercadeo, de la PUCMM.